E-diálogos: Europe, and they lived happily ever after…Y vivieron felices

Iratxe Osinaga Garate

CEO Legacy Abogados

 

En la ponencia del pasado 18 de junio, en la que se formuló la pregunta “Un nuevo relato para Europa?”, pudimos escuchar a Miguel Maduro y José Manuel Durao Barroso exponiendo su visión de Europa, cómo surgió la idea de una Unión, su naturaleza, la problemática que la rodea, sus ventajas y hacia dónde se dirige.

Como todo relato, la historia comenzó con optimismo: érase una vez unos países vecinos que se unieron para que no volvieran a producirse las pérdidas (humanas principalmente y económicas) y atrocidades cometidas en la Segunda Guerra Mundial.

Así surgió la Comunidad Europea del Carbón y Acero (Paris, 1951), que posteriormente y progresivamente se ha ido convirtiendo en lo que es hoy en la día la Unión Europea. Así, el relato de Europa comenzó con entusiasmo y optimismo, y durante años ha sido percibido como un proyecto enriquecedor en muchos sentidos, entendido como una comunidad de países integradora, justa, libre, igualitaria…

De unos años aquí sin embargo, los europeístas hemos perdido interés en el relato. Y es que como bien decía Durao Barroso, la mayor riqueza de la Unión Europea es a su vez su mayor problema: la diversidad. La diversidad no sólo cultural, sino política, y por lo tanto seguir construyendo y fortaleciendo un proyecto con 28 voluntades no es tarea fácil. Esto, unido a una crisis financiera y social, en que los ciudadanos europeos hemos perdido la confianza en las instituciones, hace que el relato de la Unión Europea se encuentre en una situación de impasse.

El mayor obstáculo que aparece en este apasionante relato es la falta de un objetivo claro, la falta de comprensión del proyecto común, o lo que es lo mismo, hacia dónde se dirige la Unión. Los europeístas lo tenemos claro: más unión política, más políticas de igualdad, más solidaridad con los países miembros de la Unión…

Aunque el final del relato lo desconozcamos, es necesario mantener el interés, despertar en el ciudadano europeo el optimismo y entusiasmo con el que comenzó este proyecto, y sobre todo, es necesario contar el relato con claridad, de manera que los ciudadanos europeos trabajemos por un “y vivieron felices”. Por eso, si realmente existe un relato de Europa, no se está comprendiendo.

 

 


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